La creencia de muchas generaciones de que la educación es progreso
se debilita por la crisis o el desempleo y ante la falta de expectativas
muchos jóvenes desertan de la escuela y rechazan el trabajo precario o mal remunerado.
Porque ni trabajan ni estudian, se llaman la "Generación NiNi"

lunes, 6 de diciembre de 2010

Otra realidad

No podemos dejar de considerar también, que los Ninis deben tener responsabilidades, muchos de ellos si bien se encuentran excluidos, también viven fomentados por los propios padres, esperando meses con la esperanza de que para el próximo examen de admisión que hagan, consigan una oportunidad de superación,

¿Qué hay de ese espacio temporal entre una búsqueda y otra? No suele verse la otra parte, donde se les fomenta la inactividad, la irresponsabilidad y el desapego a una conciencia productiva. El internet, la televisión, la telefonía celular, los reproductores de audio y el dinero que se les llega a proporcionar respaldan todo lo anterior.

Nuestra postura no es limitar los beneficios que se tienen en casa, sino pedir más que apoyo en quehaceres cotidianos a cambio de tener acceso a estos bienes. Ya comentábamos anteriormente que ésta es una de las excusas para que el Gobierno considere que alguien que realiza trabajo doméstico no sea visto como Nini, y por tanto la cifra a considerar sea menor.

Tomemos en cuenta que también el crecimiento que han tenidos las escuelas tecnológicas suele ser una opción para éstos jóvenes, e independientemente de que sea una buena o una mala alternativa, la cuestión es que el panorama que los Ninis tienen no va más allá de “cumplir momentáneamente”, y el ingreso a una carrera técnica podría ser una salida parcial al problema, pues no sería de extrañarse que al concluir se dieran cuenta de que lo que estudiaron no es lo que realmente les gustaría ejercer durante los próximos años de su vida.

No es necesario esperar una solución general al problema y culpar las ineficiencias del Gobierno, puede empezarse por buscar orientación para el Nini, formar expectativas con la posibilidad de consolidarse en metas y hechos. Hay que comenzar a tomar la responsabilidad desde casa y, en lo particular, hacer frente de acuerdo a las posibilidades que se tienen: atención emotiva y no material es un principio para recobrar, en los jóvenes, el sentido de vivir.

¿Cómo se puede reintegrar a esta generación?

Como hemos insistido en otras publicaciones, es tarea del Gobierno, instituciones, sociedad y familia asimilar que la problemática de los NiNi no se debe a la falta de madurez ni a la edad, sino al abandono en dónde se encuentran. Se debe comprender que ante todo estos jóvenes reclaman atención y ser tomados en cuenta, así, un padre necesita conocer qué le quiere decir su hijo con la “facha”, estéticamente hablando; los padres, más que nadie pueden ayudarles a tener una buena auto-percepción y motivación para buscarse de entre tantas limitaciones las oportunidades posibles, en la familia debe buscarse un ambiente de respeto para poder escucharlos, considerarlos, incluirlos sin cuestionarles ni perseguirles y mucho menos atacarlos y ridiculizados, sin caer en el libertinaje, sino enseñándoles a tener responsabilidades.

Por su parte, el Estado forzosamente debe Invertir más en Educación y ampliar el acceso a la educación, considerando que si requiere mejores ciudadanos debe brindar a los jóvenes (precisamente futuros ciudadanos) mejores oportunidades; no implica un gasto más sino invertir en el futuro de la sociedad como unidad, así otros ámbitos como el delictivo generarían menores costos. Es de esta manera y no mediante un filtro social como se consiguen mejores personas en el ámbito educativo.

Actualmente en el funcionamiento de las secundarias es dónde se ven más problemas por la masiva deserción, los planes de estudio son un elemento pero también hay que considerar cómo se relacionan los maestros con los jóvenes, la falta de orientación y de espacio deportivo y en general de políticas hacia la juventud. Debe buscarse mejores legislaciones que respalden todo proyecto en pro de la educación.

Ante todo lo que se necesita en primera instancia es querer cambiar la situación del país y buscar acciones efectivas, de otra manera ésta será una de tantas circunstancias que nos afectan como sociedad, para las cuales pedimos resolución y se nos brindan sólo promesas.

Génesis: Falta de oportunidades y de Expectativas

Uno de los principales factores que intervienen en la génesis del fenómeno Nini es la falta de oportunidades. En tanto día a día van aumentando los requerimientos para ingresar al ámbito laboral y la remuneración económica es insuficiente, se van mermando las pocas opciones de educación que hay para los jóvenes. Por un lado, no hay las instalaciones ni la infraestructura suficientes para poder extender la educación a todos aquellos enajenados, pero por otro, parece tampoco haber el interés en cambiar esto. Hablamos de una situación en la que el Estado no propicia las condiciones necesarias para dejar de estar varados.

Como referencia tomemos en cuenta que en el artículo 3ro. de la Constitución mexicana se contempla que la educación básica (kínder, primaria y secundaria) debe ser obligatoria, laica y gratuita, sin embargo para los niveles educativos medio y superior sólo se menciona que el gobierno debe atender a las necesidades que se demanden, pero no se establece que sea estrictamente accesible a todo el que lo solicite, esto es, no se considera a aquellos que no tengas los recursos suficientes. Esto es sólo un reflejo de la falta de atención por parte del estado a las necesidades de la sociedad.

Otra situación que servirá de ejemplo, es que el año anterior (2009), el presupuesto otorgado a la UNAM fue de $24,337 millones, de lo que se asume que el 60% del presupuesto total de la máxima casa de estudios es gastado en la actividad docente, teniendo como referente que en ese año se registraron como inscritos 305, 969 estudiantes, vemos que es una gran cifra pero aún no es suficiente para otorgar condiciones totalmente favorables de enseñanza, pues la gran matrícula y las pocas instalaciones llegan a representar un problema (No nos referimos a deficiencias de la UNAM como institución, sino como consecuencia de falta de responsabilidad por parte del Estado, ya que la universidad ofrece constantemente profesionistas y servicios de calidad). Ahora, si consideramos que el rector Narro habla de más de 7 millones de NiNis, observamos la gran carencia de instalaciones e infraestructura a nivel federal.
¡Y luego quieren recortar el presupuesto que otorgan a la UNAM!

Ni qué decir de las deprimentes opciones de trabajo accesibles para algunos jóvenes, pues las que provienen de grandes empresas han caído en la tendencia de ofrecer empleo de manera temporal, con el supuesto afán de “apoyar a los estudiantes” con medios turnos, situación que en realidad enmascara la falta de compromiso para generar situaciones favorables para la sociedad de la que se sirven. Por otro lado, al contemplar empleos informales se esperan largas y pesadas jornadas de trabajo, en donde los ingresos apenas permiten “cubrir” las necesidades básicas, además de que en la mayoría de los casos se expone la salud, como en el caso del ambulantaje.

Así mismo, el impacto del fenómeno también se ve influenciado por la falta de atención de los padres hacia sus hijos, pues generalmente después de la jornada de trabajo y de lidiar con el tránsito habido durante el regreso a casa, es difícil esperar que se cuente con el humor y motivación necesarios para buscar la cercanía con el resto de la familia, peor aún si es el caso en el que ambos padres trabajan y se ausentan gran parte del día. Esta enajenación del mismo hogar lleva a los jóvenes a una falta de expectativas, desvalorizándose a sí mismos, dejando de contemplar un proyecto de vida y alojándose en lo único que le queda disponible: los residuos en el tiempo de los padres y la calle.

Además otro factor para estos jóvenes es que por mucho, su medio predilecto es el internet, pues dentro de éste están viviendo, dentro de él construyen sus relaciones sociales a través de ciberespacios, pero este riesgo se agudiza cuando se trata de las denominadas redes sociales como “Hi5”, “Facebook” y “Myspace”, donde el peligro radica en que los usuarios difunden sus datos personales como nombre, edad, dirección o teléfono siendo así, blanco fácil de secuestradores.

Sin tomar en cuenta las actividades que los hijos realizan durante su estancia en internet, muchas veces los padres les regañan por pasar mucho tiempo frente a una computadora y lo que ocurre es que no se dan cuenta de que ahí está su vida social porque ya no salen al parque, ni a platicar con amigos, ni a dar una simple caminata o cualquier otra actividad que requiera de un esfuerzo físico llegando así a una vida sedentaria en dónde los mayores riesgos existentes son sobrepeso y obesidad, problemas cardiovasculares y de depresión. Hablamos ahora, de una enajenación a la realidad.

Todo lo anterior deja abierta la salida más preocupante y conflictiva: la delincuencia. En el “mejor” de los casos se tratará de un joven que robe a mano armada, pero es cuestión de tiempo para esperar que se adentre en otros ámbitos, como secuestros y narcomenudeo. Aunque el otro lado de la moneda nos dice, por ejemplo, que en algunos de los lugares más violentos y con mayor presencia del narcotráfico como Ciudad Juárez, también hay un alto nivel de estudiantes inactivos que saben que es difícil formal un patrimonio con un trabajo precario y sin recurrir a formas ilegales

En síntesis, el Nini es resultado de falta de oportunidades y de expectativas, corriendo el peligro de convertirse de víctima en victimario. Desde esta visión, puede percibirse que el problema no atañe sólo al entorno próximo al delincuente (la familia), sino que debe entenderse como perteneciente al colectivo.

¿Atacando a los NiNi?

Les gana la apatía y la desesperanza, están desmotivados, el descontento social que tienen es más que evidente y además de eso, campañas que lejos de llegar a motivar un cambio, atacan y juzgan a este sector de jovenes.


Campaña 1
Pais: España
Año: 2010
18 Seg







Promo de Seguridad total, tema "Los ninis"
Pais: México
Año: 2010
18 Seg
Ver aqui

domingo, 5 de diciembre de 2010

NiNis

El reciente fenómeno de los ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan) ha sido tema de discusión entre gobernantes, profesionales de la educación, administrativos y la sociedad mexicana en general, ya que aparte de no tener precisión en los factores que generan dicho fenómeno ni las posibles estrategias de solución, no hay claridad en la cifra de jóvenes que forman parte de ello, por la falta de esclarecimiento en sus características.

Durante Agosto del año en curso, el rector de la UNAM, José Narro Robles, afirmó que en México hay aproximadamente 7.3 millones de ninis, mientras que el gobierno anunció que de acuerdo a los datos recabados por el INEGI en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009 sólo hay 285, 000 jóvenes en esta situación. Ante tal incongruencia, la secretaría de Gobernación argumenta que hablar de cantidades es impreciso pues hay quienes incluyen a personas que no deberían ser consideradas como ninis, por ejemplo aquellos jóvenes que realizan trabajo doméstico en su hogar, que en cuyo caso aunque no perciben un sueldo tampoco están sin hacer algo de utilidad.

Cabe destacar que de entre aquellos que realizan tareas domésticas la mayoría corresponde a mujeres, y sus actividades lejos de ser menospreciadas no pueden ser consideradas motivo suficiente para justificar su enajenación al mundo laboral (remunerado) o al sector estudiantil, ¿cuántos no-ninis realizamos tareas domésticas independientemente de nuestras ocupaciones? Por lo que en lo particular respondemos que las razones que da el Gobierno para “no sobreestimar” la cifra no es válida, y es que es precisamente el rector de la máxima casa de estudios quien tiene cercanía a cifras más próximas a la magnitud real, pues contempla el registro de estudiantes que de manera semestral y anual realizan exámenes de admisión al nivel educativo medio y superior, contemplando con ello a los aspirantes rechazados (posibles ninis, entre otros jóvenes no contemplados). Sin embargo, a esta cuestión se agrega otro factor importante: la edad.

¿Alguien de más de 30 años de edad sin trabajo y con estudios inconclusos no podría ser considerado como nini sólo por estar fuera de la edad estudiantil promedio? o dicho de otra manera ¿el fenómeno sólo está hecho a la medida de los jóvenes? La respuesta, consideramos, podrá estar en función de la independencia económica con la que se viva y no de la edad misma, pues una de las principales características de la generación nini es la dependencia monetaria que tienen de sus padres (principalmente).

Aunque la edad podría establecer un parámetro de conceptualización, el fin no es la mera “clasificación” de un nini, sino el conocer qué circunstancias prevalecen y cuáles podrían ser modificadas para cambiar la realidad del fenómeno. Sin embargo, aunque nos parece relativo el factor de la juventud, para no generar confusiones con nuestra propia postura, en el presente blog consideraremos a los ninis como lo hacen la mayoría de las otras fuentes de consulta: jóvenes que ni estudian ni trabajan, con un rango de edad promedio de 13 a 29 años y con dependencia económica de otros (generalmente padres), a lo que especificamos que no importa que realicen o no tareas domésticas.

[Muy posiblemente ante la visión del Gobierno, es menos enorgullecedor tener a jóvenes no productivos y propensos a formar parte de la delincuencia que a personas dentro del mundo laboral que independientemente de que cumplan o no con sus funciones, tienen un lugar “productivo”.]

martes, 30 de noviembre de 2010

Dificultades educativas

¿¿Por qué el sistema educativo parece ser un factor importante en este fenómeno llamado “Generación NiNi”?

En México, la educación pública es insuficiente y en algunas ocasiones de baja calidad, de igual manera la formación privada tampoco garantiza movilidad social para los jóvenes que acaban la universidad, ni les asegura conseguir un empleo estable y mucho menos bien pagado. La creencia de muchas generaciones de que la educación es progreso se debilita por la crisis o el desempleo y ante la falta de expectativas muchos jóvenes desertan de la escuela y rechazan el trabajo precario o mal remunerado.

Porque ni trabajan ni estudian, se llaman la “Generación NiNi” y son un desafío para esa vieja creencia que siempre aseguro que la educación llevaba al trabajo y a la prosperidad.

Hay que reconocer que el sistema educativo de este país excluye y no permite que los jóvenes tengan acceso a la preparatoria o a la universidad. En el año 2005 la encuesta nacional de juventud reveló que de los treinta y tres millones de jóvenes encuestados, el 85% dejó de estudiar entre los doce y veinte años, 66% no concluyó la secundaria y el 28.7% desertó de la escuela media superior y sólo el 10% concluyó la licenciatura.

Entre los doce y catorce años 7% son adolescentes NiNi, de los 15 a los 19 la cifra se duplica. Uno de cada tres jóvenes entre 20 y 24 años Ni estudia Ni trabaja. Datos de la secretaria de educación pública (SEP) muestran que en el país hay más de dos millones de hombres y mujeres de los que más del 40% abandonó sus estudios para trabajar y casi el 30% dejó la escuela porque el plan de estudios no llenó sus expectativas.

La dimensión del problema es mayor si se contempla que desde hace varias décadas los diplomas y títulos profesionales dejaron de ser un pase para ingresar al mundo laboral. Mario Carrillo Huerta, secretario de Educación del Distrito federal menciona que la crisis de valores y el individualismo que prevalecen en la sociedad Mexicana, sugiere a la juventud que aún estudiando no les será posible encontrar una estabilidad, pues se confrontan a un severo deterioro de las condiciones laborales; precariedad, no valoración de la formación académica y la reducción del empleo por las constantes crisis económicas, además también está el hecho de que las empresas exigen especialización y experiencia, situación que obliga a los jóvenes a optar por el comercio informal, de este modo de cada diez empleos que se crean en el país siete son informales, con esto se habla de lava coches, limpia parabrisas, comerciantes ambulantes o las partes más oscuras del comercio informal que tienen que ver con secuestros, asesinatos, crimen organizado y venta de droga.

La generación NiNi representa el futuro de nuestro país, pero sin contar con ninguna esperanza en su propio por venir, lo que la convierte en un grupo de riesgo para abastecer el mercado de la informalidad, actividades ilícitas y hasta el crimen organizado.